Un experimento cultural en el medio rural

Muñogalindo liga su nombre a la figura de Ibarrola. El Ayuntamiento cede un espacio para convertirlo en sala de exposiciones. Pretende convertirse en museo de artistas plásticos abulenses. En la iniciativa participan 18 artistas.

EL MUNDO

Antonio García | Ávila

El artista vasco Agustín Ibarrola (Basauri -Vizcaya-, 1930) convirtió en 2005 la finca ‘Garoza de Bracamonte’, situada en el municipio abulense de Muñogalindo (423 habitantes), a 20 kilómetros e la capital, en su particular ‘refugio espiritual’. Allí acude con su mujer, Mari Luz, durante largas temporadas para realizar su particular Bosque de Oma en tierras de Castilla.

La llegada de Ibarrola a Ávila ha hecho que el pintor vasco haya recibido varios homenajes. Entre ellos el de hace dos veranos en este pueblo, para darle la bienvenida a estas tierras, según recuerda el alcalde, Pedro Pablo Pascual. En ese acto surgió la idea de unir esta pequeña localidad a la obra de Agustín Ibarrola, creando una asociación de amigos del pintor y poniendo en marcha una iniciativa cultural en la que estuvieran involucrados artistas ligados a esta zona de la provincia. Para ello, el Ayuntamiento estaba dispuesto a ceder la primera planta de sus instalaciones como sala de exposiciones. Es un módulo en forma de ‘ele’, de 100 metros cuadrados.

La surgida ahora es una iniciativa pionera que pretende ser el germen de un futuro museo de artistas plásticos abulenses. Han puesto la primera piedra: Agustín Ibarrola; Pedro Berrón; Montserrat del Valle; Luciano Díaz Castilla; Miguel Ángel Espí; Florencio Galindo; Paco García; Miguel Ángel Gómez; Feliciano Hernández; Arturo Martínez; José Luis Pajares; Javier Pardinas; Gabriel Ramos; Marcelo Sáez Guadaño; Ricardo Sánchez; Carmelo San Segundo; Ángel Sardina y Jesús Velayos.

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